27 Dic James Blake regala la que posiblemente sea la mejor versión de «Vincent» de Don McLean. Por no decir la única buena.
Desde que una biografía de Vincent van Gogh inspirara a Don McLean para escribir la canción «Vincent (Starry Starry Night)», publicada en 1971 en su disco American Pie, muchos han sido los artistas que se han atrevido a recuperarla en versiones que, en el mejor de los casos no llegan a ser más que un triste remedo del original y, en otros muchos, simplemente dan ganas de tirar de la cadena para que se pierdan en las profundidades del retrete. Ha habido que esperar cuarenta y dos años para que llegara una versión a la altura del original.
El pobre McLean ya ha tenido que soportar que su canción más famosa, «American Pie», haya sido recurrentemente reinterpretada, con más o menos suerte. La mayor parte de las veces, con menos, desgraciadamente. Chris De Burgh prácticamente se limitó a calcarla en su álbum Footsteps de 2008, aunque ocho años antes ya habíamos tenido que sufrir la infame (y ubicua) versión que publicó Madonna en su disco Music. «Vincent (Starry Starry Night)» ha corrido una suerte parecida: es un imán para que bandas de un amplio espectro de géneros acometan la tarea de versionarla. No se les puede negar la osadía.
Solamente un año después de publicarse, Chet Atkins lanzaba su propia versión de «Vincent», instrumental e implecablemente interpretada, aunque descafeinada sin la magnífica letra. En 1990, Julio Iglesias llevó el tema a su terreno, todo afectación y sintetizadores. Y en 1996 NoFX hicieron lo propio, aunque a la canción aún le sentó peor el paso por el punk de los californianos. Ambas, versiones de las de tirar de la cadena. Aunque la lista continúa: Rick Astley, Vonda Shepard o, más recientemente, Passenger también han probado suerte con el tema, fallando miserablemente.
Ha tenido que sentarse James Blake al piano para arrancarle una versión que estuviera a la altura del original y que incluso cuenta con la aprobación del propio McLean, es de suponer que harto de verla arrastrada por el fango. En la versión en directo que ha compartido Blake, grabada en los estudios Conway de Los Angeles, el británico da un par de pasos fuera de su zona de confort y afronta el tema sólo con su voz y ese precioso Stainway & Sons de sonido imponente. Suficiente, cuando se hace frente con respeto y honradez a una de las canciones más bonitas de la historia de la música.
Sorry, the comment form is closed at this time.