11 Dic No me cuentes mi vida, Spotify
Todo lo que quieras saber de tu año de música. Te llega un correo electrónico de Spotify y no es para regalarte una suscripción Premium, no. Con ese asunto, que más bien debería utilizar la manida fórmula del «todo lo que querías saber y nunca te atreviste a preguntar», es evidente que Spotify viene a contarte cómo ha sido tu año. Por si no te habías dado cuenta. Por si no tienes conciencia de tu propia existencia. Por si vas por ahí escuchando cosas sin darte cuenta. Por si eres tonto, vamos.
La pregunta que subyace es si realmente necesitamos que alguien nos haga un resumen de lo que hemos escuchado durante un año, o si sólo es un producto más de la cultura de las listas. Analizando la propuesta de Spotify, que se enmarca enfermizamente en el plano blackmirroresque de Facebook, la verdad es que todo parece bastante prescindible; aunque la plataforma lo viste de entidad, con datos y apariencia de análisis, la realidad es tan cruda como la última película de Darren Aronofsky: no necesito todo esto. O, mejor dicho: no lo necesito así.
La primera información con la que Spotify te asalta en tu resumen del año tiene visos de seriedad. Datos, datos, y más datos: cuántos minutos de música has escuchado, en cuántas canciones y de cuántos artistas diferentes. Vale, he escuchado 71.494 minutos de música en 2017. ¿Y? ¿Cuántos minutos escuché el año pasado? ¿Y el anterior? ¿Cuál es la media? Can’t contextualize my mind. De rebote, te introducen cuántos géneros has escuchado, dando por supuesto que estás de acuerdo con su compartimentación específica de la música; esto, en adelante, será mucho más dramático.
A continuación, has de adivinar quién ha sido «tu artista del año». Has de tomar una decisión entre las opciones que te ofrecen, pero no te equivoques: en todo esto pesa más la cantidad que la calidad. Así que estás jodido, el resultado será insatisfactorio porque tú no eres una máquina -seguramente-: no sabes nada de ti. Y lo mismo sucede con tu canción del año, que no es otra que la que más veces has escuchado en Spotify. Razonamiento indiscutible. Y sobreviene el drama con el mismo disfraz: ¿qué género te marcó este año? Descubres, por ejemplo, que existe algo llamado Spanish Rock: un estilo que, como la música de mujeres, viene determinado por algo que no determina nada.
La realidad es tan cruda como la última película de Darren Aronofsky: no necesito todo esto.
Bien. Las has fallado todas. No pasa nada, en realidad, aún queda mucho por delante. Hemos recopilado las canciones que más te han gustado este año, te las hemos… ERROR. Confundir la cantidad con la calidad, otra vez, es como confundir el amor con el sexo. A partir de ese mismo razonamiento, el agua es tu bebida favorita. ¿Lo es? ¿En serio? En cualquier caso, da igual, ahí tienes la lista con las 100 canciones que más has escuchado en 2017. ¿Las necesitas escuchar otra vez? ¿Necesitas, por alguna razón, revivir tu año al completo, con las pocas victorias y los muchos fracasos que la han perlado? Pues claro, maldita sea. A ver si es posible salir de 2017 sin salir del bucle de uno mismo.
Queda lo mejor. La siguiente fase de tu resumen del año de Spotify es mágica en su absurdidad: negarte a ser como se espera de tu edad, explican, es uno de tus objetivos de 2018. Es cierto, yo siempre he querido comportarme como un señor de 65 años. Es decepcionante que el único dato que contextualizan sea para perpetuar la idea de que, cuando tienes determinada edad, no puedes escuchar cierta música. Efectivamente, esto va por el trap (latino, en este caso): la media es de 25 años y tú tienes la edad de Cristo. Céntrate y ponte un disco de Fleet Foxes.
Este año has saltado 1.667 canciones, lo cual es menos que el oyente medio, pero que eres fuera de lo común ya lo sabías, ¿no? La pregunta es: ¿qué le dicen al que ha saltado más canciones? O, peor aún, ¿y si estás en la media y eres COMO TODO EL MUNDO? El dato más irrelevante de la historia, sí.
La penúltima fase está reservada para el único aspecto positivo de esta data barbarie: una lista de canciones que no has escuchado. Que luego resulta que muchas sí, pero no pasa nada, la intención es lo que cuenta: hay salida, no hace falta que te sigas replegando sobre ti mismo en 2017. El último paso es «atreverte a compartir lo que has escuchado», apelando muy poco sutilmente a tus complejos de inseguridad y la necesidad de ser aceptado por la manada. No hacía falta. Y tampoco hacía falta que me contaras mi vida, Spotify. Y menos que lo hicieras a partir de la única variable que manejas: la cantidad.
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